Este documento certifica que una edificación cumple con ciertas condiciones mínimas para que pueda ser habitado. Dichas condiciones responden a los ámbitos de salubridad, higiene y solidez de la vivienda.
Para emitir este aval, es necesario corroborar el cumplimiento de ciertos aspectos en particular, los cuales son considerados como requisitos para obtener la cédula de habitabilidad.
Cada autoridad en cada comunidad autónoma emite su propia cédula de habitabilidad para las personas que desean vivir en dicha localidad, por lo que es necesario acudir al lugar correcto al momento de realizar este trámite. La duración de este documento es de 15 años, lo que es común en todo el territorio español que hace uso de este certificado.
Aunque no es obligatorio contar con este documento en todas las comunidades autónomas del país, en aquellas que no disponen de cédula de habitabilidad se emplea la licencia de primera ocupación, la cual sí es obligatoria a nivel nacional.
Antes de solicitar la cédula de habitabilidad y que un técnico especializado acuda al lugar para inspeccionarlo, es necesario que cumpla con lo siguiente:
El inmueble debe contar con un mínimo de 36 metros cuadrados de espacio habitable, donde se incluya un baño, una cocina, una habitación y un comedor. Para un mono ambiente, se debe delimitar una habitación de al menos 8 metros cuadrados y en caso contrario, debe ser de 6 metros cuadrados o más.
El espacio vertical también es importante, por lo que el inmueble debe disponer de una altura de 2,5 metros en el área de la cocina y el baño, mientras que en los corredores la altura podrá ser de 2,20 metros y en las habitaciones y sala de estar 2,30 metros.
En este punto particular, es un requisito hacer uso consciente de los espacios disponibles en el inmueble, sacando el máximo provecho a las ventajas naturales de la vivienda, como la luz, la ventilación y el calor, además de velar por el cumplimiento de las ordenanzas del Estado en materia energética.
Este aspecto implica que, aunque cada vivienda puede estar dividida a gusto del constructor o el propietario, es indispensable que el baño esté debidamente separado del resto de los espacios, al igual que las habitaciones.
En este mismo orden de ideas, se deberá evitar que el baño sirva de acceso a otras habitaciones o que el inmueble en sí sea un acceso a otra vivienda o negocio.
Es indispensable que se pueda acceder de forma fácil a la vivienda y a cada espacio interno de la misma, es decir, que debe existir libre tránsito hacia las habitaciones, baño, cocina y más.
Las puertas externas o de acceso en el inmueble deben ser de al menos 0,80 metros de ancho por 2 metros de largo, mientas que las puertas internas deben ser de 1 metro de ancho con espacio de giro de entre 1 y 1,20 metros como mínimo.
Además de los requisitos anteriores, es necesario que el inmueble cumpla con ciertas condiciones adicionales, tales como:
Agua fría y caliente en los baños.
Desagüe bien instalado en el inodoro, ducha y lavamanos.
Contar con ducha, lavamanos e inodoro, al menos en uno de los baños.
Disponer de una cocina con fregadero, una estufa o dispositivo para cocinar y un extractor o campana.
Instalaciones adecuadas para lavadora, ya sea que disponga o no de ella.
Sistema de portería electrónica funcional.
Iluminación y ventilación en áreas exteriores o fachada del inmueble.
Espacio con acceso a telecomunicaciones.
Lugar de almacenamiento en dormitorios o habitaciones, al menos uno en cada una de ellas.
Este certificado tiene un precio establecido de acuerdo a la comunidad autónoma en la que se emita. En el caso de Barcelona, la cédula de habitabilidad de primera ocupación tiene un precio de 42,60 Euros para una sola vivienda, mientras que entre dos y cinco, el precio es de 26,25 Euros y para más de cinco son 19,56 Euros.
En los casos de cédula de habitabilidad en Barcelona para segunda ocupación, el precio es de 19,56 Euros. No obstante, siempre se pueden verificar estos precios a través de las oficinas en las que se tramita la certificación o vía internet.
En esta certificación se reflejan las condiciones generales con las que cuenta el inmueble y que lo definen como un lugar habitable, estos aspectos son:
Tipo de vivienda, ya sea unifamiliar o multifamiliar.
Ubicación del inmueble, dirección completa, referencia catastral, código postal y localidad.
Superficie de habitabilidad, correspondiente al total de metros cuadrados habitables o funcionales del inmueble.
Espacios de la vivienda, habitaciones de las que dispone, cantidad de ellas y su tipo. El comedor se identifica con la letra M, para habitaciones se utiliza la H, cocina se identifica con C, baños completos como CH y demás espacios como AP.
Capacidad de ocupación, lo cual indica el número máximo de personas que pueden habitar el inmueble.
Datos del técnico que realizó la inspección, como su nombre y firma.
Ley o decreto, concerniente a la normativa con la que cumple la certificación.
Fecha de validez del documento, estipulando los años de vigencia de la cédula.
Autoridad que certifica, correspondiente a la oficina de la comunidad autónoma que valida el documento.
Este documento tiene la intención de velar por la seguridad de quienes habitarán el inmueble, procurando que el lugar cuenta con las mínimas condiciones para tal fin.
En tal sentido, un inmueble que no cumpla con estos requisitos, no podrá ser habitado y por tanto no es conveniente que ninguna persona o familia viva en él.